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Leipheimer, nuevo líder

Moncoutié se hace con la octava etapa

Redacción Madrid. 7 de Septiembre.

    El ciclista francés David Moncoutié (Cofidis) se hizo con el triunfo en la octava etapa de la Vuelta a España, una jornada de 151 kilómetros entre Andorra y la estación de esquí leridana de Plá de Beret, en la que el español Alejandro Valverde (Caisse d'Epargne) fue segundo y Alberto Contador (Astana), tercero, y de la que salió líder el estadounidense Levy Leipheimer (Astana).

   En la subida final a Plá de Beret, Alberto Contador fue el favorito que se mostró más activo, pero no pudo dejar ni a Igor Antón ni a Alejandro Valverde, que le relegó hasta la tercera plaza, por lo que se tuvo que conformar con 8 segundos de bonificación, mientras que Carlos Sastre (CSC) entró a cinco segundos del trío de españoles acompañado de Leipheimer, que recupera el liderato que perdió en Toledo.

   "Las rampas no tienen pendiente, y así es imposible soltar a la gente que va a tu rueda", decía un resignado Contador. Valverde, feroz para arañar tiempo en cada bonificación, se mostraba más contento: "Hemos salvado el día". Leipheimer, que puede ser un compañero molesto para Contador, es líder, pocos se fijan en él.

   El estadounidense tiene 21 segundos de ventaja sobre su compañero Contador, segundo, y 49 sobre Valverde, tercero. Carlos Sastre es cuarto a 1:27, Mosquera quinto a 1:59 y Antón, sexto a 2:12. La general está así, muy apretada, y ya han pasado los Pirineos.

SECUELAS DE LA RABASSA

   La lluvia de ayer dejó los músculos fríos. El viento de cara y el inminente inicio del primer puerto del día, el col de Cantó, en el kilómetro 16 de la jornada, aplacaron los ánimos de los ciclistas y no se produjeron intentos de fuga hasta las primeras rampas de la primera dificultad del día.

   La lucha que se desató en los kilómetros finales de la etapa y que enfrentó a Contador, a Sastre y a Valverde tuvo un prólogo, más de cien kilómetros antes. Los segundas espadas de los líderes intentaron meterse en la fuga buena para tener la opción de hacer 'de puente'.

   David Arroyo (Caisse d'Epargne) para Valverde, 'Chechu' Rubiera (Astana) para Contador, Egoi Martínez (Euskaltel Euskadi) para Antón, Alexander Kolobnev (CSC) para Sastre y Damiano Cunego (Lampre), para él mismo, aprovechando el liderato de Ballan, intentaron colarse en una escapada.

   La aparición de Chavanel (Cofidis), tercer clasificado de la general, en la cabeza no la toleró el Astana, que terminó con la fuga de gregarios. Mejor le pareció al equipo de Bruyneel un quinteto que se formó por la insistencia del eterno escalador francés David Moncoutié, que tuvo en la meta el justo premio que buscó desde el inició del Cantó.

   Cinco corredores unidos con el mismo interés, llegar a Pla de Beret. Dos veteranos, el español Juan Manuel Gárate, el mejor clasificado a nueve minutos del líder Ballan, buscando darle los últimos momentos de gloria al Quick Step, con el que se proclamó campeón de España en 2005, y el propio Moncoutie.

   Un superviviente, Sébastien Joly (Francaise des Jeux), 29 años, ganador de la París Camembert 2007 y que este año volvió a la carretera tras superar un cáncer de testículos, ponía el punto de épica a una fuga que se completó con su compatriota Christophe Kern (Credit Agricole), y con otro talento ruso de la pista, Nikita Eskov, 25 años, al que el Tinkoff le dio la oportunidad este año de codearse con los mejores tras su paso por el Itera y el Lokomotiv.

   Los fugados pasaron juntos el Cantó y el Enviny, de segunda categoría, y la ventaja creció hasta los 5 minutos y 22 segundos, la máxima diferencia que permitió el Astana hasta que se puso, en bloque, en cabeza de pelotón para lucir los galones del equipo que cuenta con el máximo favorito para el triunfo final.

CAÍDAS

   La tensa espera en la aproximación a la Bonaigua provocó tres caídas en el pelotón. Los 20 kilómetros del coloso leridano, el paso más alto de la carrera (2070 metros), donde se situó la cima Alberto Fernández en memoria del recordado ciclista que perdió la vida en un accidente de tráfico en 1984, eran los señalados para que sucedieran cosas y los nervios aparecieron en el gran grupo.

   En la guerra por la etapa, Moncoutié no quiso esperar y terminó con la armonía en la escapada para marcharse en solitario y acabar con las opciones de victoria de sus compañeros, menos la de Jolly, que reguló en la subida para jugársela en el descenso y volver a tomar contacto para formar un dúo francés en la cabeza de carrera.

   En el pelotón, Kloeden (Astana) rompía el grupo y aliviaba a los que no se jugaban nada en la etapa, que buscaban su ritmo en pequeños grupos para terminar sin sufrir la segunda etapa pirenaica. El trabajo de Astana lo continuó el Euskaltel que, primero con Mikel Astarloza y después con Amets Txurruka, descontó segundos a Moncoutié y descolgó a Alessandro Ballan, que pasó por la cima consciente de que se acababa su sueño de oro.

   Otra vez Moncoutié, solitario, alérgico a la compañía, se puso de pie para soltar a Jolly en las primeras rampas de Pla de Beret. Fue definitivo. Sólo seis kilómetros le separaban del final y no lo iba a desaprovechar para romper una sequía de tres años sin una victoria. Demasiado tiempo para un doble ganador de etapa en el Tour de Francia que saboreó su último triunfo un 14 de julio de 2005, en Digne-les-Bains, el día que fue un héroe en la fiesta nacional francesa.

   El inicio del puerto final del pelotón fue frenético por el ritmo del Astana. Primero Kloeden, después Rubiera. Pareció una de las estrategias que usaba el extinto US Postal para Lance Armstrong. Contador lo intentó y soltó a Sastre, que llegó a estar a diez segundos del pinteño cuando faltaban aún cinco kilómetros para el final.

   Pero el madrileño no pudo con Valverde, y a la rueda de los dos llegó Antón. Dos ataques más del ganador del Giro quedaron en nada, ni siquiera sirvieron para recortar tiempo a Moncoutié, que pasó por la cima con 40 segundos de ventaja y descendió veloz para saborear un premio que le reivindica a los 33 años.

   Contador tiró para distanciar a Sastre y no recibió ayuda. Valverde guardó e imbatible en la lucha por la bonificación, entró segundo, doce segundos más. El madrileño, resignado, tuvo que pelear con Antón para sumar ocho segundos con el tercer puesto y Sastre se dejó sólo cinco segundos entrando con Leipheimer, Mosquera y Gesink. Y se terminaron los Pirineos.

   Mañana, la calma. Desde Vielha hasta Sabiñanigo con perfil descendente. Los aventureros tendrán 200,8 kilómetros y cuatro puertos para buscar un triunfo en solitario como el que logró Andrei Zintchenko para el Vitalicio en 1998. Dos 'segundas' al inicio de la etapa, el alto de tercera de la Foradara en el ecuador del día y un primera, el alto de Serrablo a 66 kilómetros de meta, no parecen terreno para que cambien los primeros puestos de la general.

Etiquetas:ciclismo