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HIC SUNT LEONES

Crónica con homenaje

Ricardo Ruiz de la Serna. 29 de marzo. La Carrera de San Jerónimo ha presenciado esta semana cómo el Gobierno defiende a la desesperada una posición insostenible. Todos los grupos parlamentarios le han cantado al Presidente y sus Ministros las verdades del barquero. Este miércoles se escucharon durísimos reproches por la forma de gestionar la retirada de Kosovo. Las críticas fueron menos contra la decisión de retirarse que contra el modo de comunicarla.

El malvado cronista piensa que, siendo la Ministra Chacón de Partido Socialista de Cataluña (una formación en la que las deslealtades se pagan muy caras) es difícil imaginar que ella misma asumiese, por su cuenta y riesgo, el modo de gestionar esta cuestión. ¿Acaso no sabía nada el Presidente de cómo se iba a hacer el anuncio y de las consecuencias que tendría?

Claro que el Partido Popular también tiene tela que cortar. Fortalecido por la victoria en Galicia y su posición en el País Vasco, al Sr. Rajoy le queda resolver el contencioso de Cajamadrid, cuyo fondo político es indiscutible. La lucha entre D. Alberto Ruiz Gallardón y Dña. Esperanza Aguirre se ha hecho presente en el Congreso, donde el Presidente ha ofrecido ayuda al líder de la oposición para reconducir una situación que se ha ido de madre. Así, como éramos pocos, llegó la abuela y el Gobierno ha anunciado que recurrirá ante el Tribunal Constitucional la Ley de Cajas aprobada por el Ejecutivo autonómico. Como decía el tango de Vacarezza, va cayendo gente al baile…

Ante las críticas que le llovían por todo, el Presidente acusó al PP de haber contribuido a crear la burbuja inmobiliaria como si la oposición hubiera estado en el poder estos últimos cinco años. El malvado cronista confirma sus sospechas de que el Gobierno tiene sobradas reservas de munición para la propaganda.

Lo más preocupante es que el Presidente afirmó tener plena confianza en que España saldrá de la crisis porque, como pitoniso, el Sr. Rodríguez Zapatero es un desastre. Por otra parte, es evidente que España saldrá de la crisis. Si salió adelante tras la pérdida de Cuba y Filipinas, la Guerra Civil, la Posguerra y el Felipismo, malo sería que no arrimáramos el hombro todos para subir la cuesta. Lo que nos choca es que el Presidente cree que sigue ungido por la Historia como el salvador de esta España a la que han vuelto el hurto famélico y el paro.

Hay que dedicar unas palabras a la manifestación de los Autónomos del jueves porque es un colectivo golpeadísimo por la crisis. Había señores de cincuenta años a los que la Administración debe mucho dinero de obras que no ha pagado; al parecer, se ha fundado una asociación de impagados de la construcción Estaban los profesionales del comercio y los oficios. Allí se había congregado, a la puertas del congreso, el nervio que impulsa la sociedad: las ganas de emprender y de arriesgarse. He aquí la tristeza y la grandeza de esta tierra nuestra. Hay gente que se la juega para que el Ayuntamiento no le pague las obras; para que la frían a impuestos y tengan coberturas sociales mínimas. Al que se arriesga, le suele ir mal por estos lares; recuerden los pleitos de Colón para recibir lo prometido.  En nuestra España del pelotazo y el maletín, por desgracia, el que se arriesga y gana es envidiado y debe andarse con ojo; y el que pierde es un idiota que se hizo empresario autónomo en lugar de opositar a funcionario y ganarse una plaza en propiedad. Así nos va en España, claro.

Así termina esta crónica: con el homenaje a los que no se rinden ni se callan.  

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