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Diario YA


 

Puigdemont, entre as presiones de la CUP y el requerimiento de Moncloa

Tregua de la Hispanidad

Luis Losada Pescador El requerimiento de Moncloa es una especie de tregua de la Hispanidad en una especie de independencia en diferido y un simulacro de firmeza por parte del Estado. Un ajedrez gallego para un mundo sensible que repele los muertos y la violencia retransmitida por esas televisiones portátiles que todos llevamos en el bolsillo.

Puigdemont sabe que si se “equivoca” en su respuesta tendrá a todo el aparato del Estado encima. Pero también sabe que la intervención no le saldrá gratis a Rajoy en términos de imagen. ¿Cómo se aplica el 155?, ¿cómo se asume el control de la Generalitat cuando la institución está en rebeldía y sus policías -o al menos parte de ellos- le acompañan. Que los mossos cerrasen el paso a la Policía Nacional en el pleno del pasado martes del Parlament es un pésimo precedente.

La única manera de ejercer el 155 es mediante el uso de la fuerza -forcejeo entre policías y guardias contra mossos- y probablemente el estado de excepción que se impongan a los comité de defensa de la independencia, esa especie de ejército de jubilados organizados por Omnium y ANC. Esto es exactamente de lo que huye Rajoy. Y Puigdemont lo sabe; huele el miedo. Por eso tensa la cuerda.

El todavía presidente catalán tiene además la presión de la CUP y su propia convicción independentista. Todo ello aderezado con esa ilusión de pasar a la historia… Así que caben tres posibilidades. Que responda que sí, que dijo una declaración unilateral de independencia. Así, sin matices. Poco probable, aunque posible.

Si así fuera, ¿por qué el requerimiento de Moncloa le da de plazo hasta el jueves para reconvenirle? ¿No es suficiente el reconocimiento explícito?, ¿es una estrategia para aumentar la tensión entre los nacionalistas?

Segunda opción, que diga que no. Aunque sería lo más razonable, también poco probable. Sería considerado abiertamente como traición, disolverían el Parlament y lo arrojaran al juego electoral. Tampoco se entiende por qué en este caso, Rajoy asegura que pasaría página. ¿Retorcer el propio reglamento del Parlament, aplicar leyes suspendidas, convocar referéndums ilegales, firmar declaraciones de independencia, todo esto saldría gratis?

No es extraño que ya haya presos que pidan que a ellos tampoco se les aplique la Ley. El Estado de Derecho se deteriora cuando la autoridad no se ejerce y las leyes se convierten en papel mojado por la aplicación de la ley de la selva. Y lo peor sería la oferta de la reforma constitucional en la que se reconocería a Cataluña como nación y se le otorgarían a sus oficinas exteriores categoría de embajadas oficiales. No sólo eso sino que se aceptaría también el cupo catalán y la Agencia Tributaria catalana, con un coste para el resto de contribuyentes cercano a los 60.000 millones de euros. ¿La traición, la rebeldía, la deslealtad y la sedición tienen premio?

Tercera opción: Puigdemont sigue jugando al ajedrez gallego y responde que su declaración fue de intenciones, que forma parte de un deseo colectivo y que le gustaría una negociación para tal fin. En este caso, la pelota regresa al tejado de Moncloa. Y caben dos opciones. O Rajoy dice hasta aquí hemos llegado o sigue jugando al ajedrez gallego.

Para la primera cuenta con el apoyo del 75% del Congreso, de todas las instituciones del Estado y de la mayoría de la población. Pero su carácter probablemente le lleve a optar por la segunda opción. El ‘hasta aquí hemos llegado’ tiene sus riesgos y el gallego prefiere minimizarlos. Y ya saben, la mejor manera de no equivocarse es no hacer nada.

Si esto es lo que finalmente ocurre, volvemos a empezar en reuniones, negociaciones, conversaciones, etc. Exactamente lo que Puigdemont reclamó en el pleno de la ‘independencia interruptus’. Volverían a ganar los desleales. Y mientras tanto, la fuga de empresas continúa. El mercado lo aplaude con subidas considerables.

El capital es cobarde pero no tonto. Descuenta que este juego de ratón-gato gallegos se prolongará ‘sine die’. Y esa incertidumbre corroe más que el agua salada. La inacción del presidente frente a los que atentan contra el Bien Común supone el Mal General. Gracias, Mariano.

El anzuelo del pescador

-Notarios y registradores a destajo. Tras la fuga de las grandes empresas, llega la de las pymes. A nadie le interesa permanecer en un ambiente de incertidumbre. Ni siquiera a los empresarios nacionalistas…

-Violación de derechos fundamentales. Gencat constituye una comisión para estudiar la supuesta violación de derechos fundamentales el 1O. Todas las asociaciones de jueces y fiscales recuerdan que son ellos los garantes de los derechos fundamentales

-EEUU abandona la UNESCO. NO es la primera vez. Ya lo hizo Reagan en los 80´s. Tarjeta amarilla para la ONU: se acabaron los permanentes ataques al ‘Imperio’ y a su aliado Israel con el dinero gringo.

Etiquetas:cataluña