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Diario YA


 

M.A.Guijarro analiza el tema del dopaje en el ciclismo

Volver a creer en el ciclismo

Ver a Carlos Sastre escalando las escarpadas rampas del Alpe D’Huez fue como una bocanada de aire puro... a medias. Sastre nos hizo levantarnos de los asientos, nos obligó a sacar el cronómetro y empezamos a echar cuentas de cuántos segundos serán necesarios para llegar de amarillo a París, nos llenó de ilusión, pero enseguida alguien dijo… “¿no irá dopado?” Ahí se desmoronó todo. La sombra de la duda invade el ciclismo por culpa de los propios ciclistas. Hemos disfrutado con muchos corredores, de muchas hazañas, de demasiadas gestas en la que nos sentimos engañados. Hace una semana, un telediario calificaba la victoria de Ricco de una premonitoria manera “Ricco gana a lo Pantani” … cuanta razón.
Queremos un ciclismo limpio pero exigimos dureza. Queremos una competición libre de sospecha pero hacemos que los corredores sean atletas sobrehumanos. Queremos espectáculo, patrocinadores, aficionados, cantera, promesas, campeones, pero nos olvidamos de la dureza del asfalto. Tres semanas de carrera y etapas de más de seis horas encima de la bici son inaguantables para los deportistas. En esas seis horas hay estrategia de equipo, se calcula metro a metro, se diseña la etapa pero al final nos quedamos con una mal llamada selección natural que no es tal. Cierto es que el ciclismo ha sido tal vez junto al atletismo el deporte más vigilado, precisamente por esa razón, se me hace muy cuesta arriba el pensar que muchos sigan cayendo en el error. Ya no es hacer trampas, es ser torpes, por no decir otra cosa. Y no me vale lo de que el corredor consume engañado… o alguno es tonto de remate o se lo hace y con esa actitud no ayuda en nada al deporte que supuestamente ama.
Si queremos volver a creer en el ciclismo luchemos por él. Si para dar espectáculo hay que acortar las etapas a 100 kilómetros y correr solamente dos semanas, hagámoslo por el bien de este maravilloso deporte. Evidentemente esto no es de ahora, pero no miremos atrás, corramos un tupido velo de lo que se hizo antes, muchos ya han pagado las consecuencias… miremos adelante y quitémonos la careta, busquemos en la sociedad, en el negocio de la calle, el consumo está en nuestro entorno, persigamos a los malos porque, sobre todo, lo que necesitamos es creer para volver a disfrutar.

 

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