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Diario YA


 

afamado teólogo de brillante futuro en el Vaticano

El cura gay del Vaticano, el Sínodo de la Familia y la comunicación

José María Manrique. Con mucha prevención me decido a escribir algo respecto al Sínodo de los Obispos sobre la Familia, porque es una cuestión que me quema, impulsándome a poner en orden mis ideas, así como exponerlas, por si sirven a alguien o se me pueden corregir.

Y como es un tema complejo, reconozco mi falta de formación e información, pero no dejo de ser consciente de la manipulación que lo rodea, solo haré unas mínimas reflexiones sobre los hechos, a modo de premisas, para que el lector saque sus propias conclusiones.

La primera parte del Sínodo acabó con mayoría simple del sector progresista, si se puede emplear ese término coloquial tan manido: la relatio final del Sínodo de 2014 “acogió” como temas de estudio y preparación del Sínodo 2015 “la apertura a la comunión de las personas divorciadas” (nº 53 de la relatio synodi) y “la pastoral oportuna a los homosexuales” (nº 55). Se dá la circunstancia de que dichos números no habían sido aprobados por las requeridas dos terceras partes de los padres sinodales; las votaciones favorables y desfavorables fueron: 112 favorables y 64 desfavorables para el nº 53, y 118 favorables frente a 62 desfavorables para el nº 55.

En ese contexto, alguien podría decir, y de hecho se ha escrito, que el Papa Francisco I recientemente ha desactivado la polémica cuestión sobre la comunión a los divorciados vueltos a casar, pues, con algo de subjetivismo en sus declaraciones, por no decir mentiras, puede que fácilmente obtengan la nulidad tras las reformas implantadas por sus “Motus Propios”. Además, en esta época de la comunicación, y dado el alcance y perfección de las técnicas en las que se sustenta, no pueden dejarse de lado, además de las declaraciones formales de la Curia y el propio Papa, los gestos públicos. Porque, ya lo dijo Nuestro Señor Jesucristo: “por sus frutos los conoceréis” (Lc. 6.43-44):

1º. Según el portavoz del Vaticano, en su reciente viaja a EE.UU. «la única audiencia otorgada por el Papa en la Nunciatura fue a uno de sus antiguos alumnos y su familia». Ese antiguo alumno era Yayo Grassi, un reconocido homosexual, su “pareja” y algunos amigos suyos (CNN Exclusive: Pope held private meeting with same-sex couple in U.S.; http://rorate-caeli.blogspot.com/2015/10/back-to-normal.html). Lo anterior contrasta con que no hubo audiencia con las “Damas de Blanco” cubanas (acababa de visitar la Cuba comunista) ni con Kim Davis, la secretaria judicial de un condado de Kentucky detenida por negarse a dar licencias de matrimonio a “gays”, quien había estado el día anterior a la audiencia de Yayo formando parte de un grupo que visitó al Papa.

2º. A la vuelta del viaje, ya en Roma, el Papa concedió una audiencia oculta a una pareja española del mismo sexo constituida por una mujer transexual (Diego Neria Lejárraga) y su “novia” (El Papa recibe en una audiencia privada a un transexual español; http://www.elmundo.es/sociedad/2015/10/06/56140419ca4741bf7d8b45f4.html).

Era la primera en su “género”, dicho sea con toda la intención. 3º. Las vísperas del día del comienzo del Sínodo, 27º domingo de tiempo ordinario (ciclo B: el matrimonio), un prelado de la Congregación del Vaticano para la Doctrina de la Fe, el sacerdote polaco Krzysztof Olaf Charamsa, dio una entrevista anunciando su homosexualidad, precisamente acompañado de su cariñosa “pareja”, el español Eduardo Planas, funcionario de la Generalidad catalana, y haciendo varias reivindicaciones relativas a la homosexualidad (“Manifiesto de Liberación”) a la Jerarquía Eclesiástica.

Charamsa apareció hace un mes en la radio y la televisión de la Generalidad, presentado como un sacerdote próximo al Papa, afamado teólogo de brillante futuro en el Vaticano y de gran peso intelectual, declarando sin ambages que la Santa Sede reconocería a la república catalana. Ni fue reconvenido entonces ni ha sido “suspendido a divinis”, ni reducido al estado laical, ni excomulgado, nada. Prácticamente se ha ido él solito, precisamente a Cataluña. Les dejo con sus reflexiones, pero, sinceramente, las mías no pueden ser más negras, porque, ya se sabe, “blanco y en botella …”

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