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Análisis / Seguridad Vial

Accidentes en Verano: una mentira muy cómoda

César Sinde Robledo, 16 de septiembre. 

El ministro del Interior, Pérez Rubalcaba, presentó el 1 de septiembre los datos de mortalidad del verano. Como siempre que Interior o la DGT dan cifras de siniestralidad, las medias verdades han sido la tónica dominante. Y es que Interior vende que durante Julio y Agosto han muerto 450 personas en accidentes de tráfico, lo que supondría 89 fallecidos menos que en el verano del año anterior. Pues son todos los que están pero no están todos los que son. Esos 450 fallecidos son las víctimas habidas en zona interurbana, es decir, en carretera. Por tanto, faltan los fallecidos en los más de 8.000 municipios de toda España que la DGT no controla. En el último año con datos completos, 2006, la mortalidad en ciudad fue de 70 fallecidos en julio y 51 en agosto, lo que suman 121. Por tanto, en 2008, como poco, a los 450 fallecidos en carretera habría que sumarle otros 100 muertos en ciudad.
Además, otro dato que Rubalcaba omitió es que también ha bajado el número de desplazamientos en nada menos que 4 millones de movimientos debido a la crisis económica, según datos de la propia DGT. Así, frente a los 88 millones de desplazamientos del verano de 2007, en 2008 se produjeron 84 millones. Esa caída de los desplazamientos es lo que explica la bajada de los accidentes y, por tanto, de los fallecidos.
En el verano de 2008 ha habido 73 accidentes menos que en 2007, lo que explica el por qué de esos 89 fallecidos menos de este verano. Por comparar número de accidentes con número de fallecidos en otros periodos y ver si se mantiene la proporción de este verano, en la Semana Santa de 2005 hubo 77 accidentes que provocaron 86 víctimas mortales. O, también, en la Semana Santa de 2008 hubo 56 accidentes que provocaron 63 muertos. Así pues la correlación entre disminución de accidentes de este verano con la consiguiente reducción de muertos es más que evidente.
Además, Rubalcaba también falla en la metodología empleada. Así, los datos presentados no cumplen con la directiva europea de aguardar 24 horas desde el cierre del operativo para los datos provisionales. Y es que el ministro presentó las cifras el lunes 1 de septiembre cuando debería haberlo hecho el martes 2, para dar así esas 24 horas de espera y computar los heridos graves del domingo 31 de agosto que pudieran haber fallecido el lunes 1 de septiembre. Para los datos definitivos, la Unión Europea establece el cómputo a 31 días para saber si finalmente los heridos graves en un accidente de tráfico sobreviven o no.
Y por si todo este cúmulo de cifras maquilladas fuera poco, resulta que Rubalcaba se atrevió a decir que la cifra de muertos de 2008 es la mejor desde 1964. Otra falacia más si tenemos en cuenta que en ese año no se aplicaba la metodología estadística de 2008 ya que ésta comenzó a emplearse en 1993. Por tanto es una chapuza comparar la mortalidad de dos veranos separados por 44 años de diferencia y en los que la contabilidad de vícitimas se hace de forma desigual. Qué lástima que no podamos hacer las estadísticas por ellos.
 
Y si la crisis económica tiene un lado bueno porque bajan los desplazamientos y, por tanto, disminuyen los accidentes y el número de muertos, la actual coyuntura económica tiene un efecto muy perverso sobre la seguridad vial: en tiempos de vacas flacas cae la venta de coches y eso hace que aumente el envejecimiento del parque móvil, aspecto este de la obsolescencia de los automóviles en el que España siempre ha estado en los primeros puestos de la Unión Europea. En concreto, el número de coches de más de diez años se ha mantenido entre el 32% y el 36% en los últimos quince años, situándose la media de todos los vehículos que circulan por nuestras carreteras en 13,4 años, una de las más altas de Europa.
Ante estos datos de coches viejos, se hace más duro recordar un reciente informe de la Universidad Politécnica de Valencia que certificaba que “si se eliminasen de la circulación los más de 8’5 millones de coches de más de 10 años que circulan por España, la mortalidad en carretera descendería hasta un 40%”.
Pero, por desgracia, en la actualidad el parque automovilístico español está compuesto por 26,4 millones de vehículos, de los que el 79% son turismos. De este total, el 31,9% de los vehículos de turismo tiene más de diez años de antigüedad. Diferentes estudios del RACE, el RACC o el ADAC alemán demuestran que un vehículo con más de diez años "tiene el doble de probabilidades de verse involucrado en un accidente que un vehículo nuevo", es decir, uno con menos de cinco años, mientras que con 14 años las posibilidades de sufrir un siniestro se triplican.
Si bien la vida humana es algo que no tiene precio, la Universidad Politécnica de Valencia certificaba también en su informe “Automóvil, Seguridad Vial y Medio Ambiente” que la reducción de los accidentes vía renovación del parque móvil posibilitaría un ahorro anual de hasta 1.600 millones de euros en coste por fallecidos y unos 600 millones de euros en lo que se refiere a las compensaciones por heridos.
Vista la incidencia de la obsolescencia del parque móvil en la accidentalidad, resulta desolador ver el panorama de la venta de coches en 2008 y las previsiones que se manejan para 2009. Así, según datos de Faconauto –patronal de los concesionarios- la venta de turismos caerá un 28% en 2008 y para 2009 prevén que el número de matriculaciones apenas sobrepase el millón de unidades, siendo la caída de nada menos que 400.000 unidades.
 

 

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